El exchange de criptomonedas Cryptopia, el cual fue hackeado, comunicó hoy a sus usuarios que el Tribunal Superior de Nueva Zelanda se ha pronunciando acerca del estado de sus activos comprometidos como consecuencia del ataque.
El hackeado exchange de criptomonedas, Cryptopia, dio a conocer que el Tribunal Superior de Nueva Zelanda ha emitido su juicio sobre el estado de sus activos comprometidos.
En un hilo de tuit publicado el 8 de abril, el exchange compartió el documento judicial de 74 páginas que detalla la sentencia, resumiendo:
“Hoy, 8 de abril de 2020, el juez Gendall emitió su fallo encontrando, en primer lugar, que las criptomonedas son ‘propiedad’ […] y, en segundo lugar, que la criptomoneda de los titulares de las cuentas se mantenía en múltiples fideicomisos, separados por tipo de criptoactivo individual. Esto significa que las criptomonedas son propiedad de los tenedores de las cuentas y no son activos de la empresa”.
De que habla este post
Cryptopia: algunos acreedores recuperan menos del 50% de los reclamos
Como ha sido documentado en oportunidades anteriores, Cryptopia fue objeto de un hackeo desmedido. La violación de seguridad del servidor persistió por dos semanas desde su detección hasta que el exchange retomó el control de las billeteras.
Con motivo del presente juicio, el juez Grendall dio a conocer que los usuarios preservaban sus activos particulares accediendo a múltiples fideicomisos. Dentro del exchange se agrupan los tenedores de cuentas de acuerdo a los distintos activos.
El resultado es que los titulares de cuentas dentro de cada grupo específico son tratados como cobeneficiarios del mismo fideicomiso.
Respecto a si los criptoactivos se atienen a la ley de fideicomiso de Nueva Zelanda. El juez Grendall aseveró sin titubear que las criptomonedas son “una especie de propiedad personal intangible y, claramente, algo de valor identificable”.
Debido a esto, cuando nos referimos a la propiedad, las criptomonedas son, por ende “sin dudas […] capaces de ser objeto de un fideicomiso”. Si los liquidadores logran recuperar los activos robados, la sentencia, por lo tanto, establece que:
“Deben tratarse a prorrata dentro de cada fideicomiso específico para el activo digital en cuestión de acuerdo con las cantidades recuperadas evaluadas contra las cantidades robadas”.
Si bien los titulares de las cuentas serán reembolsados, el juez Grendall determinó que el conjunto de activos liquidados disponibles para los acreedores probablemente sea de alrededor de NZD 5.4 millones [USD 3.22 millones].
Esto corresponde al menos al 50% del valor de sus demandas, en razón a que se estima que el monto por los reclamos de sus acreedores asciende a NZD 12.7 millones [USD 7.57 millones], de los cuales NZD 5 millones (USD 2.9 millones) están siendo pedidos por autoridades fiscales.
¿Problemas con la identidad de los usuarios?
Un detalle adicional en la sentencia se refiere a casos en los que el liquidador asignado, Grant Thornton, podría ser incapaz de determinar la identidad de un titular de cuenta particular. En tales casos, los activos digitales afectados deben tratarse de conformidad con la Ley de Fideicomisarios de Nueva Zelanda.
Lo anterior es de considerable importancia si tomamos en cuenta las declaraciones de Grant Thornton en agosto de 2019.
Cryptopia mencionó que algunos de sus usuarios no contaban con billeteras individuales y que sus fondos se agruparon. De tal forma, el exchange mantenía registro de estas cuentas mediante la base de datos.
Por consiguiente, resultaba imposible identificar las cuentas individuales mediante el uso de la clave de la billetera.
Para ese momento, Grant Thornton aseguró a los usuarios que estaba trabajando para “conciliar las cuentas de más de 900,000 clientes, muchos de los cuales poseen múltiples criptoactivos, millones de transacciones y más de 400 criptoactivos diferentes […] uno por uno”.
En diciembre, Grant Thornton reveló que había recuperado casi USD 11 millones y desembolsó USD 2.46 millones a algunos acreedores con preferencia. No obstante, aclaró que para la firma no “no era factible estimar una fecha de finalización para la liquidación”.
Añadió además que “ningún proceso de reembolso detallado” entre la base de datos de los activos y las billeteras de los usuarios “se habría completado anteriormente”.
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